30 de diciembre de 2015

Mis deseos para el 2016

Ese año iba a ser distinto. Lo sabía, para eso y para no quedarse en blanco, como le pasaba cada año en el momento de las campanadas, había decidido escribir su lista de deseos. 

Todos lo hacían y seguro que les funcionaba.

Alicia tenía claro que ese año iba a ser distinto, tenía que ser diferente porque ella así lo había decidido.

Animada tecleó en su móvil el enunciado de su lista...la tenía clarísima: «Mis deseos para el 2016», quería continuar, pero, sus dedos no se movían. ¿Dónde estaban las ideas? ¿Qué era lo que iba a anhelar? ¿Aquello que deseaba conseguir? Aparte de salud, paz y felicidad para los suyos, los más cercanos y para ella… ¿Qué más podía pedir?

¡Ni una idea, no podía ser!


19 de diciembre de 2015

Serie: mujeres que aman demasiado

Nunca te amé más...



 «Por fin entendí tus palabras y las agradezco de forma infinita. Gracias por quererme tanto y ser tan auténtico».

Le envié esas palabras, casi 5 años después de separarnos. ¿Por qué? Lo necesitaba.

Lo nuestro no fue una separación ruidosa, ni por terceras personas, ni porque dejáramos de querernos, simplemente se nos gastó el amor.

Me ahogaba y Jaime supo verlo, yo no. La monotonía me atrapó, el día a día todo lo desgastaba y fue convirtiendo en insatisfactorio, lo que antes me llenaba. Me pillé en una maraña de quejas y descontento, no quería y sin embargo, lo hacía. Una sombra de lo que era. Algo en mi evolucionaba y yo era incapaz de hacerlo, atrapada en una vida que no quería y me odiaba por estarlo. Todo lo que había a mí alrededor me molestaba, especialmente Jaime. Él era el centro de mis quejas, de mis iras, de mis malos humores, guardián de la prisión en la que yo me sentía pero sin saber que lo culpaba.

3 de diciembre de 2015

Serie: mujeres que aman demasiado

 Hoy te cuento...
“Hoy, no me he podido resistir. He ido a nuestra esquina, he mirado, pero tú no estabas. Lo sabía y, aún y así, he esperado sabiendo que tú no vendrías. Te quiero, te querré siempre.”
Sí esta es mi historia, nuestra historia, quizás una típica y tópica historia de alguien que ama demasiado, una historia de amor y desamor. No lo sé, nuestra historia.


No sé cómo empezó ni en qué instante me enamoré, ahora sólo sé que fuiste entrando en mi vida y que llegó un momento en que tú eras como el aire que respiraba, vivía para ti, para esas ocasiones que, juntos, robábamos a la vida que ambos teníamos.

Me acostumbré cada martes y cada jueves a esperar tu mensaje, ese que llegaba apresurado y que me hacía sonreír mientras me ponía la chaqueta e iba a tu encuentro.
«¿Nos vemos?»


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